jueves, 28 de octubre de 2010

Y allí...

Y allí está su corazón, allí, en el fondo de la nada. En el fondo de la nada su corazón se ensombrece día a día, y sus ojos se empañan de lágrimas, su cuerpo de nostalgia. Su corazón le desea, su cuerpo le desea, sus labios le desean. Le ama. Le ama con la mayor fuerza jamás creada. Le ama a cada suspiro. Y contempla su corazón sufrir, lleno rebosantemente de un amor que no puede dar, que le es imposible dar. Tiene miedo. Tiene miedo de mirar sus ojos, porque sabe que cada vez que los mira pasa el tripe de tiempo llorando. Pero a la vez le gusta ese dolor y por eso no resiste y les echa una ojeada. Y entonces ocurre. Y vuelve a llorar, y a temblar. Su cuerpo se estremece con una sola ráfaga de aire. Allí está, llorando, temblando, temiendo. Amando. Le ama. Le ama tanto que podría morir de amor. Le ama tanto que podría someterse a cualquiera de sus palabras. Le ama tanto que se deshace en lágrimas. Y va muriendo lentamente.

domingo, 24 de octubre de 2010

Mentiras.

Voy a contar una mentira enorme, pienso contar la mentira más grande jamás escrita, ni pronunciada. La mentira peor elaborada, la peor disimulada. La mentira que todos podrán hacer creer que creen y que nadie cree en realidad. No pienso poner un simple "no te quiero" de niña pija, ni un "no quiero verte más". Es una mentira mucho más compleja.
En esta mentira mi cuerpo no se siente reconfortado cuando imagino una cama en sus brazos. En esta mentira mi cuerpo no se siente un puzzle sin una pieza. En esta mentira mi mente no juega con ideas estúpidas de andar de la mano por la calle. En esta mentira no te imagino a mi lado de repente, sin desearlo. El caso, me gusta mentir, de forma compleja. Quiero mentir de la forma más compleja existente. Déjame mentir en paz.

jueves, 21 de octubre de 2010

Estallo.

De nuevo hoy
vuelvo a estallar.
Estallo de amor.
¡Pam!
Estallo de ganas.
¡Pam!
Estallo de placer.
¡Pam!
Abandono mi cuerpo.
¡Pam!
Me veo desde fuera.
¡Pam!
Universo espiritual.
¡Pam!¡Pam!
Me desgarro.
¡Pam!
Muero de placer.
¡Pam!
Muero de amor.
¡Pam!¡Pam!
Vuelvo lentamente.
Suspiro.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Día idiota.

Hoy te has dado cuenta de que le echas de menos. Así, sin más. Mirando un mapa del metro has caído en que le echas de menos. No has hecho nada más que recorrer todas las líneas multicolor con los ojos, e imaginado como sería la trayectoria del metro por esas rayas que, aparentemente, parecen distancias cortas y luego, en la aplicación práctica, son demasiado largas. Entonces te has dado cuenta de que le echas de menos, y has apartado la mirada corriendo, sí, justo cuando has leído el nombre de la estación en la que bajabas, recorrías la distancia y te perdías en su boca. Entonces te das cuenta, te apetece perderte en su boca. Te da igual todo, es patético. Tu corazón se está apoderando de tu cerebro. Demasiado patético. No puede ser cierto, no puedes echarle de menos, no, después de tanto tiempo, no después de tantas cosas, no puedes. Y lo cierto es que por una milésima de segundo, al leer el nombre de la estación, has evocado sus besos. Eres idiota, piensas mientras te sientas en un banco y esperas a que llegue tu tren. Demasiado idiota. Sobretodo porque al sentarte lo has vuelto a hacer. Has vuelto a evocarlos. Idiota.

viernes, 10 de septiembre de 2010

La Danza de la Luna

Va a comenzar una hermosa danza, una danza de rayos de luna. Va escondiéndose el Sol, y ella, ambiciosa por ser más hermosa que ninguna, despliega sus faldas hechas de rayos de plata. Los rayos se cojen, danzan en la explanada del monte más hermoso, y lo iluminan todo, dándole a la pequeña montaña un halo de misterio tan hermoso y atrayente que de pronto todos los animales se ponen a bailar. Y todo el mundo danza, y son felices, y ríen y beben el agua del rocío, que va cayendo lento pero refrescante, quitándoles el sudor que tal hermosa y efusiva danza les produce. Y de repente, amor, dolor, tristeza, alegría. Todos esos sentimientos aparecen y se mezclan en la hermosa danza de la Luna, incitados por la música, deseosos de bailar. Pánico, deseo, timidez. Ven a sus hermanos jugando y bailando y deciden bailar. Y todo parece encontrarse en armonía esa noche, en el monte, durante la Danza de la Luna.

martes, 31 de agosto de 2010

Amor...

Amor, ¿Puedes verme? Estoy aquí, tras una ventana imaginaria, la lluvia va cayendo a través de ella, y yo la miro, triste, pero maravillada, la lluvia es hermosa. Y de repente, amor, me doy cuenta, la lluvia que cae no viene del cielo y no está cayendo a través de la ventana. La lluvia que veo procede de mis ojos, reflejados en el cristal. La lluvia que estoy admirando no son más que lágrimas de nostalgia pretendida, que aparece cada vez que pienso en ti. Amor, te echo de menos. Amor...hay tantas cosas que nunca te dije pero que siempre te escribí en textos que nunca te di...Tú fuiste capaz de hacerme sonreir aquellos días en los que yo no paraba de llorar, con sólo una frase me hacías reir a carcajadas. Tú me volviste a hacer especial. Tú...
Amor, desaparezco cuando me place, pues tengo miedo de amarte. Amor, ¿sabes lo duro que me resultaría enamorarme de ti sabiendo que tú no lo estás de mí? Amor, quiero escribirte palabras bellas, hermosas, sencillas, y quiero que las veas. Amor, te quiero de nuevo a mi lado, no me olvides. Yo no te he olvidado, amor. Tú sigues presente en mí, amor. Por mucho que diga que te odie, no puedo olvidarte. Es tan difícil, amor...Demasiado difícil.

sábado, 14 de agosto de 2010

Wishes

Quiero fundirme en tu cuerpo. Es una petición tan típica, tan tonta, tan estúpida que suena casi a nada y que a la vez es todo. Quiero entrelazar tus brazos con los míos, tus piernas entre las mías, mientras me fundo en mil besos de tus labios que sepan a fresa ácida. Quiero que me acaricies lentamente, que me fundas contigo, que me duermas, que me lleves a mundos insospechados, que me mires a los ojos mientras mi mente vuela lejos y desaparece en sitios en los que nunca podrías imaginarte que estoy. Quiero que me hagas reír hasta que salten mis lágrimas, y que las lamas hasta calmar tu sed. Quiero que bebas lento, mientras tu boca desciende por mi cara trazando extraños dibujos asimétricos que significan paraisos de colores desconocidos para el hombre. Quiero que me dejes una flor en mi cama cuando te marches, que nunca se marchite y olerla todos los días, quiero que la flor huela al menos la mitad de dulce de lo que hueles tú. Quiero ir bebiendo de tu boca, respirando de la frescura de tu mirada, y, mientras tanto, unir nuestros cuerpos en uno. Quiero dejar de ser yo por cinco minutos y convertirme en el títere que mueves con tus caricias. Quiero que dejes que te convierta después en mi títere, que me dejes bailarte a mi antojo e irte probando, ir jugando, ir amándote sin parar.

viernes, 13 de agosto de 2010

La existencia y las sensaciones.

Algún día te escribiré el texto más bonito del mundo. Contaré al mundo todo lo que estoy sintiendo en este momento, toda esa mezcla de sensaciones, que por un lado te hacen volar, flotar en un mundo diferente, donde ya no existe guerra, donde ya no está cambiando el clima, donde todo el mundo puede comer, donde unos no tienen mucho más que otros, y quien tiene más comparte con el que menos tiene, donde todos somos iguales y a la vez todos distintos, peculiares, pero aceptados. Pero por el otro lado acabas por pensar que nunca habrá esperanza para nadie, que morirás de dolor, que caerás en un abismo, y en ese momento ves el abismo, ves tu caída, y ves la luz alejarse de ti para dejarte vagando solo, sin nadie, sin casa, sin amigos, tú solo, escondido y llorando, muriendo de dolor y encogido en un ovillo, esperando a que alguien te despierte de la pesadilla y que ese alguien lleve sus ojos.
Existen tantas cosas, tantos olores, tantos sonidos, tantos colores, tantos actos, tantas canciones, tantas palabras, que me traen esas dos sensaciones. Existen tantos hechos, tantas lágrimas, tantos latidos derrochados, tanta desesperación...Existe, en cada uno de mis poros, en cada una de las partes de mi cuerpo, una pequeña zona que te reclama, existe otra pequeña zona que posee esperanza y otra más que llora porque dice que no vendrás. Existe una pequeña parte de mí que desearía cambiar el mundo sola, otra que dice que te necesita para moverse y otra deprimida que no se quiere mover. Existe en mí optimismo, pensamientos que creen que, dentro de mucho tiempo, todo será distinto, existe en mí soledad, soledad amorosa que te busca, y existe en mi nihilismo.
Existen tantas sensaciones que no se pueden describir, existe una larga cadena de reacciones que producen cosas que no deseas y cosas que deseas demasiado, o existen otras que te hacen desear demasiado otras cosas. Y sin esa serie de sensaciones no podríamos existir.

Del corazón, el amor y otras idioteces

Latidos. Van rápidos. Se confunden con el sonido de mi respiración. Va temblando, va temblando. Se para. Se acelera. Se vuelve a parar. Y sufre. Sufre. Quiere más. Dame más, está pidiendo. Quiero unirme al suyo, me murmura. Cállate, le digo, ¿no ves que eres el único que está gritando aquí? Grito para que me escuche. No quiero que te escuche, deja de gritar. Entonces, si no me escuchas a mí, ¿a quién escucharás? ¿al de arriba? Sabes que, quizás te de soluciones más cuerdas, pero ni la mitad de placenteras, ni la mitad de agradables que las que te daré yo, dice. Ya...pero es que en ocasiones tus soluciones me hacen sufrir, le contesto. Sabes que soy parte de ti, por tanto, yo también sufro, me espeta. Cállate...eres un órgano vital y punto.
Pero en el fondo sé que es algo más que eso. No es que hable sola, esa es la conversación que mantendría yo con mi corazón si consiguiese algún día cobrar vida y hablarme. Le preguntaría que coño es el amor, dónde se situa, en que parte de mi cuerpo, si es bueno o malo sentirlo, si el mismo corazón tiene algo que ver, o simplemente son todo patrañas. Y si es algo en lo que merece la pena creer.
Para mí la merece, aunque sufras, aunque llores, aunque te rebajes, aunque te destroces...La merece. Sentir toda esa cadena de sensaciones, de reacciones, sentir la evolución dentro de ti, lo merece. El amor es algo tan químico que no sólo es químico. Es tan místico que no sólo es místico. Es tan biológico que no sólo es biológico. El amor tiene tantas fases, tantas caras, quizás el amor sea el sentimiento más complejo que pueda existir.
Decimos que los animales no sienten amor, siendo nosotros mismos animales. Decimos que los animales no sienten amor, pero sólo ellos lo saben. El amor es tan complejo que no tiene un punto fijo en el cerebro. El amor es una droga gratuita. El amor es...el amor son sus ojos.

miércoles, 11 de agosto de 2010

El jardín de los quizases

¿Dónde está mi paz? Quizás en tus ojos pueda encontrarla. Quizás en tus palabras. Quizás en las dos lágrimas que fluyen por mis ojos y recorren mi cara, dejando sus huellas a cada avance que realizan. Quizás si sacase la lengua y las probase sabría que saben a sal. Quizás estén amargas. Quizás tienen el sabor de tus lágrimas. Quizás esté soñando. Quizás ahora mismo no tenga ganas de morir en un abismo de desilusión, sólo sea un sueño. Quizás recorra este abismo, deje mis huellas como las dos pequeñas lágrimas que pueblan ahora mismo mi cara, y siga andando hasta llegar a ti, no me lo pongas fácil, si ves que me muero no me des agua, dame tus ojos, dame tu ser, ámame en silencio esta noche mientras el viento entona una triste canción, sabiendo que mañana quizá ya no estés, sabiendo que me acogerá entre sus brazos e intentará sustituir sin ningún éxito a los tuyos, sabiendo que volveré a andar por el abismo buscándote, buscando salvarme, buscando tus ojos que le darán luz a mi oscuro corazón. O quizás me encuentre en el jardín de los quizases...

lunes, 9 de agosto de 2010

Tengo miedo.

Es demasiado tonto, demasiado tonto para ser cierto. No quiero que sea cierto. No quiero amar. No quiero enamorarme. No quiero llorar por amor. No sé porqué lloro. No entiendo porqué me acelero. No entiendo porqué no dejo de pensar en él.
No quiero entender que te quiero. Tengo miedo. Miedo de pedirte que seas mío. Mucho miedo. Tengo miedo del dolor, tanto infringido como recibido.
Y a la vez tengo ganas de enfrentarme.

viernes, 6 de agosto de 2010

Mi carta.

Hoy quisiera llorar por ese amor que tanto deseo de ti. Hoy desearía tenerte a mi lado, abrazarte, pedirte que nunca te separases de mí. Hoy moriría por tus ojos, ¿sabes? es la primera vez que quiero a una persona con los ojos de tu color. Solía querer a la gente de ojos castaños, me gustaban más, eran más mi estilo. Tú eres mi excepción, y tus ojos me parecen preciosos, siempre, desde la primera vez que te vi, lo primero que vi de ti fueron tus ojos, y, por extrañezas de la vida, me gustaron. En ese momento no me podías gustar, me era imposible concebir que llegaría a quererte, que llegarías a gustarme. Y aquí estoy, escribiéndote cartas que no puedes leer. Sinceramente, parezco gilipollas. Pero quiero tomarme mi tiempo. Quizás algún día llegues a leerlo todo, yo que sé, yo sólo sé que estoy aquí, sentada sobre la cama, escribiendote, pensando en ti y jodiéndome. Siempre me jodo por estos temas, nunca me atrevo a dar el paso, prefiero ocultarte mi corazón. ¿Sabes? Si tu sufres yo...yo no sé ser. Ese es mi problema, que seguramente te sentirías mal si te enterases de lo que siento por ti. Y entonces sufrirías y se me caería el mundo.
Ahora mismo estoy aquí, imaginándote, dulce, cumpliendo todos mis deseos, todos mis anhelos, todos mis sueños. Deseando lo imposible de tenerte a mi lado. Desearía estar ahora mismo mirándote, recorriendo cada parte de tu cuerpo con mis ojos, acariciándote, tomando valor y felicidad de ti...Eres como mi calmante. Calmas todos mis miedos y todos mis malos humores. Todo se desvanece con tus palabras, y sólo quedas tú ahí, siendo mi pequeño centro, creándome una órbita estúpida con colisiones brutales y destellos fugaces.
Quiero tenerte, ven a mí.

jueves, 5 de agosto de 2010

Secrets 2

¿Sabes? Soy idiota. Soy idiota por quererte así, e intentar ocultarlo diciendo que te odio. Sé que nunca leerás esto, pero...me vuelves loca. Así de simple, te quiero y soy tan tonta de esconderme de ti. ¿Sabes? Eres idiota. Eres idiota porque has hecho que te quiera. Has hecho que te quiera incluso cuando no estás conmigo. No sé como lo haces para que te quiera cada día más. No puedo evitar decir que no entiendo como lo has logrado, que palabras has usado, ni siquiera sé si has usado verdades, mentiras, confusiones...Yo te quiero y me mata la confusión. Y termino sobre mi cama llorando, con lágrimas rotas, suspiros entrecortados...Te quiero sin querer. Me odio cuando te quiero, me odio cuando te odio, me odio cuando digo que te odio porque nunca es verdad. Quiero saber...quiero que me digas que no me quieres y que me destruyas del todo.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Secrets

Te quiero. Me jode decirlo, me hace daño, me destroza. Pero te quiero. Ahora puedo decirlo claramente, te quiero. Y lo digo así, limpio, sin adornos, sin recursos, porque es mucho más simple que todo eso. Te quiero, me duele, me fastidia, me molesta y exploto. Y exploto, y grito que me das asco, que te odio, que nunca más quiero verte, que hables contigo mismo, que eres desagradable, repugnante...Pero en el fondo te quiero.
No podría describir esta sensación. Te quiero, me mata quererte, pero a la vez me gusta. Me gusta quererte en silencio y a la vez hacértelo evidente mientras deseo que no te des cuenta. Te quiero mientras lloro. Te quiero mientras rio. Te quiero mientras te abrazo. Te quiero mientras te digo idioteces. Te quiero mientras pienso en ti mirando al techo. Te quiero mientras me cabreo. Te quiero mientras digo que no quiero volver a verte. Te quiero mientras me matas. Te quiero mientras te miro en secreto. Te quiero mientras no quiero verte más. Te quiero a todas horas, así de simple. Te quiero.

martes, 3 de agosto de 2010

Destrucción.

Tenía el corazón tan destrozado que ya no le dolía. Ya no caían lágrimas por sus ojos. Avanzaba por una senda larga que nunca terminaba sin cambiar su expresión facial, seria, con los ojos vacíos, como si ya no tuviese alma. La gente que la veía tenía miedo de aquella persona que había perdido la capacidad de amar.
Por allá por donde pasaba dejaba desdicha y desamor. Entraba a una tienda a buscar comida y bebida y, posteriormente, la tienda era asaltada por ladrones. Dormía en un hotel y al día siguiente alguien asesinaba a su pareja o compañero de habitación. Ella en realidad no lo deseaba así, pero era parte de su venganza. Ya no podía reprimir su odio. Si lo hacía sería ella la que explotaría. Así que había comenzado su peculiar viaje, en busca de aquello que le estaba haciendo tanto daño para destruirlo. Aquella mujer quería destruir el amor.

martes, 20 de julio de 2010

Extraído de un sueño

Había llegado una mañana lluviosa a aquel teatro, acompañada de Irina. A Irina la conocí en un bar, en el que yo me había apostado a beber sin dilaciones para intentar olvidar a un viejo amor que me había dejado el corazón destrozado. Se había ido sin más explicación que una necesidad de tiempo, y tras algunas semanas de lágrimas interiores, puesto que me prometí que de mis ojos no saldría ninguna, había decidido salir para emborracharme y olvidar mis penas. Entré en el primer bar que vi y comencé a beber copas de ron sin parar, mientras desde el otro extremo de la barra me observaba ella.
Se acercó a mí lentamente y comenzó a hablar conmigo como si me conociese de toda la vida, ahora comprendo que ella también estaba algo borracha. Tenía un gran corazón, me contó que había visto que yo no estaba del todo bien, y se había acercado a ver si podía ayudarme en algo, era una chica realmente simpática y amistosa, además, era bastante guapa. Tenía unos ojos negros, al igual que su cabello, completamente negro azabache. Le conté que, a mis 19 años, había decidido ganar algo de dinero por mí misma, pero que no encontraba trabajo además de contarle también mi problema con el ya mencionado chico.
- No te preocupes por el problema de trabajo- me dijo ella- Yo tengo 23 años y trabajo como actriz en una especie de representación teatral estilo los antiguos cabarets, quizás podrían darte un papel, dado que una de nuestras actrices se fue la semana pasada. Y hombres hay muchos en esta vida, seguro que alguno encontrarás.
- Bueno, supongo que tienes razón. ¿Y cuando empezaría? – Pregunté yo.
- Mañana pásate por el Teatro Palacio. Que te miren, haces dos tonterías y seguro que te cogen, eres muy mona.
Al día siguiente me presenté en el susodicho teatro, después de contarles a mis padres mis deseos de trabajar como actriz y haber obtenido su aprobación y sus ánimos, y busqué a Irina. Allí estaba, tomando un zumo de naranja. Inmediatamente me presentó ante el director del teatro, un hombre rechoncho y con bigote, que me miró, me hizo bailar al ritmo de una música del Antiguo Oeste y comentó.
- Tienes porte de niña y eres graciosa, creo que te quedaría bien esta canción, estás cogida.
Escuché la canción, era del antiguo musical West Side Story, y me probé el traje que Irina se había apresurado a traerme, de pequeños cuadritos blancos y rojo claro y falda por debajo de la rodilla. Me hacía parecer más niña de lo que de normal ya parecía, pero no me quedaba mal.
Desde aquel día pasé practicando mi número junto con Irina, que me iba enseñando los pasos de baile, nos hicimos grandes amigas e incluso me presentó a un amigo suyo, Benja, con el cual entablé una grata amistad. Benja no era guapo, era flacucho, tenía la nariz terriblemente grande y la nuez de la garganta demasiado prominente, además de tener el cuello muy largo y las orejas algo grandes, pero era bastante simpático. Una noche me dijo que yo le gustaba y yo, como lo único que deseaba era olvidarme de mi viejo amor, le respondí besándole. A partir de ahí comenzamos una relación sin compromiso, por lo que Irina se alegró bastante. Aquello sucedió justo después de la primera representación en la que yo actué. Y así estuvimos unas dos semanas más, lo cual fueron unas cuatro representaciones teatrales, dado que no actuábamos todos los días.
Pero una noche, la noche de la última actuación, todo cambió. El director me había propuesto irme de gira con ellos, mis padres habían dado el visto bueno y, por tanto, ya no había nada que me impidiese cumplir mi sueño. Me encontraba maquillándome en mi camerino cuanto entró Benja y me besó apasionadamente.
- He pensado y…creo que podríamos iniciar algo más serio. – Me dijo.
- Bueno…Creo que necesitaría pensarlo, acabo de salir de una mala experiencia.
- Irina me lo contó, yo no soy como ese hombre, además, tampoco tenías un compromiso serio con él.
- Después de la actuación te digo algo, quiero ver actuar a Irina. – Le contesté para intentarme evadir de la situación.
Me asomé a ver actuar a Irina. Bailaba muy bien, con unos grandes abanicos de plumas y un vestido negro muy ceñido, que le quedaba muy bien con sus rasgos, algo orientales. Irina terminó de bailar y en ese momento el director anunció mi nombre, era mi turno, después de aquella noche me iría de gira por todo el país, quizás iniciase una relación en serio con Benja, no tenía nada que perder, y todo lo que había pasado en los últimos meses quedaría en el recuerdo.
Salí al escenario y comencé a bailar de forma graciosa, dando saltitos y al ritmo de aquella conocida canción. Al público le enloquecía mi número, creo que incluso me consideraban más joven de lo que era y por eso les parecía tan graciosa. Estaba bailando, cuando de repente ocurrió aquello que dio un giro a los planes hechos en las últimas horas. Apareció por allí, con los mismos ojos verdes que me enamoraron por primera vez cuando le conocí, dando manotazos para ponerse en primera fila y gritando algo. Cuando conseguí leer sus labios entendí que estaba gritando mi nombre y que me pedía perdón. Conseguí terminar el número con algo de dificultad, pero sin perder la compostura. En mi cabeza se debatían dos opciones, la de volver con él y seguir con mi vida de siempre o la de comenzar una nueva vida. Pero él se adelantó a cualquiera de las decisiones que se encontrasen en mi cabeza y subió al escenario, golpeando a todo el que se le intentó interponer en su camino hasta llegar a mi lado y rodearme con sus brazos.
- ¿Qué haces aquí? – Le pregunté.
- Pues ya ves, unos amigos que querían venir…Y unas ganas terribles de volver a verte.
Aquel día el telón se cerró tras un largo beso y un tremendo abrazo, cargado de amor y nuevas esperanzas.

viernes, 16 de julio de 2010

Inspiration.

Hoy tengo ganas de escribir escritos que nunca leerás. Me inspiras. Me inspiran tus manos, me inspiran tus ojos, me inspira tu olor, me inspira tu voz, me inspira tu presencia. Me inspira tu perfecta imperfección, tan hermosa, tan transparente, tan tú. Me inspiran tus labios tan dulces y a la vez tan amargos. Me inspira tu mirada tierna, inocente, tan bonita que casi puede considerarse la obra de arte más bella jamás realizada. Me inspiras palabras serias, me inspiras palabras cursis, me infundes valor, me infundes miedo, me produces deseo, me causas suspiros. Hoy agotaría mi tiempo escribiendote escritos que nunca leerás. Y si alguna vez lo haces respiraré paciente mientras escucho una negativa de tus labios, tan dulce como el resto de tus palabras, tan hermosa, tan hecha poesía. Quiero odiarte, pero es el mismo odio el que hace crecer amor en mí. Hoy escribiría los versos más estúpidos deseando que no los leyeses y a la vez que los leyeses todos.

Hoy.

Hoy te veía, pero te echaba de menos. Echaba de menos tus besos, tus tonterías, tu voz, tu olor...Hoy te echaba tanto de menos que quisiera haberme pasado cinco horas mirándote. Hoy deseaba perderme en tus brazos más que nunca, pero olvidaba que soy temiblemente tozuda y que me empeciné en decir que te odiaba y que quería pasar de ti. Hoy escondí mi corazón de tus abrazos tras un cruce de brazos sobre mi pecho. Hoy te escribía palabras tan sinceras que no sabía como seguir escribiendo. Hoy necesitaba desahogarme de todo lo que siento. Hoy te necesito. Y mañana. Y pasado. Y siempre. Ven, te necesito.
No sé por donde empezar. No sé si empezar por el segundo en que te miré a los ojos por primera vez o si empezar por cuando me di cuenta de que algo no funcionaba como debería en mi interior, al fin y al cabo, la primera que se negaba a sentir nada era yo. Esto que escribo...quisiera estar diciéndolo a la cara de alguien. Joder, estoy volviendo a escribirle a una existencia abstracta, quizás me esté volviendo loca, o quizás el problema está en que temo que la existencia que tanto anhelo descubra mis sentimientos. Quiero dejar de escribirle a tu ausencia de forma que parezca que en realidad todo es mentira, todo son simples recursos literarios, pero no puedo, te echo tanto de menos que ni siquiera quiero decírtelo a la cara por miedo a perderte, aunque debería hacerlo.
Suelo decir veinte veces al día que te odio, suelo fingir, y en este escrito lo vuelvo a hacer, que echo de menos a otra persona, que tú me eres completamente indiferente, o que no me eres indiferente, pero que simplemente te veo como un recurso del que echar mano. Es todo coraza. Te odio, te odio, te odio. Y así podría pasarme toda la vida, diciéndome a mí misma que te odie, para posteriormente contarme historias contigo que suelo banear de mi mente en el instante en que me doy cuenta de que el protagonista eres tú.
Te odio, te odio, te odio. Es lo único que puedo pensar para calmarme un poco, para impedir que crezca nada dentro de mí, aunque últimamente, no sé como se ha podido regar, el caso es que ha crecido. Y temo que, con el paso del tiempo, siga sin tenerte y esto siga creciendo. Cuánto me gustaría dejar de decir que te odio, es más, me gustaría no decir nada respecto a ti. El problema es que sigo recordando el día en que te conocí, los días posteriores y sigo analizándolos, y sigo escribiendo lo mal que me siento por no tenerte, pero cambiando tu nombre por el nombre de la nada para que creas que le escribo a la nada.
Intento, como ya dije antes, guardar las apariencias, fingir que no me importas. Cuando estás triste se me rompe el mundo. Ahora mismo estoy recordando la última vez que supe que lo estabas y estoy a punto de llorar, y no entiendo porqué. ¿Sabes? Mi táctica es esa, fingir que no me importa nada baneando todo lo que me importa de mi mente. No lo pienso, y a fuerza de no pensarlo, lo olvido. Pero si lo vuelvo a ver muero por dentro. Entonces necesito omitirlo. Y lo omito para no sufrir. No sabes la de veces que he estado en no conectado en el msn para omitirte. Y no sabes la de veces que he dicho tu nombre mientras hacía eso.
En definitiva, espero que jamás leas esto, sería el detonante final para perderte del todo. El caso es que no sé que se está cociendo en mi interior, no sé que está creciendo. Sólo tengo ganas de volver a repetirme que te odio. Aunque sea la mentira más grande jamás contada.

lunes, 5 de julio de 2010

La racionalidad

¿Por qué nos empeñamos en llorar por aquello que perdemos en lugar de luchar por no perderlo? El ser humano es aquel animal que piensa, que siente, quizás por ello digan que sea el más perfecto. No es así. Los animales irracionales luchan aunque esté todo perdido, simplemente porque para su cerebro no hay nada perdido. No se rinden hasta que no mueren, se dejan herir una, dos, tres y hasta infinitas veces hasta que es la muerte quien les separa de su objetivo. El ser humano teme, se acobarda, se esconde, cree en algo llamado dignidad que no es más que un sinónimo del orgullo, en algo llamado imposibilidad que es el sinónimo de la desesperanza y en algo llamado pena, que es el sinónimo de la cobardía. Nos empeñamos en decir que algo es imposible, cuando no hay nada imposible hasta que la muerte lo roza. Luchar no es perder tu dignidad, decir "te quiero" no es rebajarse, desear algo no es ser caprichoso. Es todo necesidad pura. El ser humano necesita desear, necesita luchar por lo que desea, es puro instinto animal, que reprimimos bajo duras palabras o expresiones como "dignidad", "cordura", "tener dos dedos de frente"...y que no son más que sinónimos del miedo que nos da perder aquello que deseamos. Pues bien amigos, la vida es lucha, si te das ostias te las das con orgullo, si te mueres de ganas de gritar algo no te lo reprimes por miedo a perder tu dignidad y si algo te jode lo gritas y luchas por ello, no te quedas callado para conservar tu orgullo, no te escondes a llorar, no te autosuicidas y te encierras bajo la coraza de aquello que llamamos racionalidad. Porque la racionalidad no es la muerte en vida.

martes, 29 de junio de 2010

Imagine.

Imagina por un momento que tu miedo a perder a alguien te impide hablar, y por ese miedo pierdes a alguien. Imagina que deseas luchar por algo, pero tu miedo te lo impide. Imagina que perdiste lo que más querías por miedo y que aquello que creías que podría volver a hacerte sonreir se va y tú, con desgana y escondido, observas como se va. No ames a quien te ame, ama a quien te guste. Lucha por tenerle, aunque parezca imposible. Enséñame a aplicarme mis propias enseñanzas. Ahora mismo hecho de menos tanto...

lunes, 28 de junio de 2010

Marina y sus ilusiones

Marina se pintó los labios de rojo sangre, posteriormente se aplicó coloretes oscuros para realzar sus pálidos pómulos y pinto sus ojos de un tono oscuro, entre negro y azul, decorando uno de sus ojos con una espiral al lado. Mientras maquillaba su pálida piel también maquillaba sus sentimientos. No quería dar pena, no quería mostrar al mundo que sufría, que solamente era una loca poeta ilusa que tejía sueños y poesías que jamás eran escritas en su mente, mientras lloraba por los metros y los trenes, mientras perdía su mirada porque ya no le quedaban lágrimas o porque no siempre se necesita llorar para sufrir por dentro.
Marina maquillaba su carácter para no mostrar sus sentimientos. Si lloraba en la soledad nadie la veía llorar. Si sufría por amor en secreto la persona a la que amaba jamás veía sus lágrimas ni su sufrimiento, sólo veía su frialdad. Marina perdía gente de ese modo, y los contemplaba irse y alejarse bajo su máscara de frialdad que tanto deseaba quitarse. Mientras miraba con frialdad a su amado, Marina imaginaba historias, recorría mentalmente su cuerpo e imaginaba sus besos. Marina sólo deseaba acercarse a su amado y murmurarle al oído todo lo que le echaba de menos. Pero también sabía que su amado la miraría y le diría que se fuese.

domingo, 27 de junio de 2010

Lágrimas.

Llora. Llora por todos sus errores. Llora por todas sus ilusiones rotas. Le gusta llorar, en el fondo. Le gusta el sabor de las lágrimas, tan salado y amargo, tan dulce a la vez. Le gusta llorar mientras acaricia su cuerpo, así, recordando viejas caricias. Y mientras tanto bebe de sus propias lágrimas, las saborea, las acaricia con la punta de la lengua y espera. Espera sin parar. Está cansada de esperar, olvidar, volver a esperar, volver a olvidar. Por eso ha decidido dejar de olvidar, esta vez no piensa olvidar. Siempre que ha decidido no olvidar ha salido perdiendo. Seguramente ahora no sea diferente. Sólo que está cansada de esperar y olvidar para volver a empezar de cero. Nunca le ha gustado y quiere dejarlo. Necesita ayuda, pero sobretodo necesita voluntad. Y un milagro. Y magia. Y ganas.

Temblor

Tiemba, tiene miedo. Tiene miedo de sí misma, tiene miedo del rechazo, tiene miedo del desengaño, de la desilusión. Por eso tiembla. Y cada temblor es más fuerte, tanto que si ahora mismo se metiese en el mar causaría grandes maremotos. Tiembla su corazón, no sabe que decir, nunca le salen las palabras adecuadas en los momentos adecuados y menos aún sabiendo que cuando salgan de sus labios nada será igual. Todo irá a peor. Por eso tiembla. No quiere perder, aún sabiendo que ya ha perdido. Y tiene miedo de no volver a ver sus ojos mirándola, de no poder volver a perderse en ellos. Por eso tiembla. Él no sabe todo lo que ella tiembla cada vez que le ve. Claro que no.

martes, 22 de junio de 2010

miaau, pareix tret d'una de les meues histories ^^

KlaR17a Vampirilla_BlacK Que sonrisa tan rara. says:
seria bonic..amb la lluna
*o*
i magic, per ser la nit que és
·$1- ·#Hikaru:.·$0 says:
^^
el any que ve! :33
KlaR17a Vampirilla_BlacK Que sonrisa tan rara. says:
jo
encara queden 366 dies
·$1- ·#Hikaru:.·$0 says:
contarem un per un n..n

domingo, 20 de junio de 2010

"Café con sal y leche contensada" - Extraído

Carmen llenó dos tazas con el café y dejó una sobre la mesa, enfrente de Daniel. Posteriormente cogió la otra y vertió algo de leche de una botella en su taza. Después entró a la despensa y salió con un azucarero de hojalata que dejó sobre la mesa. Daniel se puso tres cucharadas de azúcar, Carmen se sirvió cuatro cucharadas, desde muy pequeña le había gustado el dulce.
- ¿Tienes leche condensada?- Preguntó Daniel.
- Claro…tengo en la despensa. Ahora mismo la saco.
La mujer entró a la despensa y volvió a salir con otro bote de hojalata, esta vez era de leche condensada. Daniel volcó el bote sobre su taza de forma delicada y contempló como caía aquello que antes había sido del todo fluido y no demasiado dulce, y que alguien había querido que fuera espeso y empalagoso, pero a la vez reconfortante y delicioso. Retiró el bote cuando vio que tenía suficiente y limpió una gota que caía con el dedo. Se llevó el dedo a la boca y lo lamió con cuidado y paciencia, como si aquella fuera la tarea más hermosa y gratificante del mundo. Acto seguido cogió la cuchara y removió la mezcla con cuidado, paciencia y cariño, sin dejar de lado la elegancia, como aquel hombre que acaricia el cuerpo de una mujer que es nueva para él, recorriéndolo y redescubriéndolo como si fuese la primera vez que tiene uno entre las manos, aunque el hombre haya pasado ya por varias camas. Finalmente sorbió un trago de la bebida.

lunes, 7 de junio de 2010

Las alas del ángel

Quemé las alas del ángel que habitaba en mí, ya no quise volver a verle. Tiré treinta sonrisas a la basura, todas mías, todas grandes, sinceras. Ahora ya no existen. Rompí barreras del sonido y oí explosiones al hacerlo. Y después me arrepentí de haber quemado las alas del ángel que me guiaba. Fui caminando poco a poco, con el deseo de reencontrarme con sus cenizas. Recogí todas y cada una de ellas, por diferentes ciudades, paises y mundos. Jamás logré recomponerlas. Ahora ya no tengo nada. Quiero que vuelvan las alas del ángel. Y ya están tan destrozadas que no se pueden recuperar.

jueves, 3 de junio de 2010

Mi dulce ángel

Mi dulce ángel
Aquel que se fue
Por mi errores.
Mi dulce ángel
Aquel por quien lloraba,
Aquel por quien reía.
Mi dulce ángel
Se marchó
Y se llevó consigo mi vida
Y se llevó consigo mi muerte.
Mi dulce ángel
A quien todavía en sueños
Recorro sus alas con
La punta de mi lengua.
Mi pequeño, mi vida
Mi lágrima, mi caricia
Mi pobre ángel
Al único al que jamás
Quise hacer daño.
Y aquel
Al que más daño hice.
Mi dulce ángel se ha ido
Y nunca volverá.

¿Sabes amor?

¿Sabes amor? Creo que he decidido no mirarte nunca más a los ojos. ¿Sabes amor? Creo que me estás doliendo demasiado, y también creo que yo me merezco ser feliz de una vez por todas. ¿Sabes amor? Me vendiste la miel en los labios para retirármela demasiado pronto. ¿Sabes amor? No soy yo a la única a la que has jodido, le has hecho daño a otra persona. Amor, vengo a escribirte estas palabras para declararme en guerra contra ti. Amor, no entiendes que si haces felices a dos personas no debes separarlas. Amor, me duele. Amor, me está matando, pero a la vez no me deja morir. Amor, también le estás matando a él. Amor, devuélvenos la felicidad, queríamos estar juntos. Amor, haz que el tiempo corra hacia atrás y que nos volvamos a encontrar. Amor, devuélveme lo que me robaste. Amor, devuélvele lo que le robaste.
Amor, creo que ya ninguno de los dos volveremos a verte como antes.

miércoles, 14 de abril de 2010

El camino a la paz

Que se haga justicia con caricias.

Que termine el juego de la guerra.

Que dejen de obligarles a jugar.

¿No dijeron a los niños que con armas no se juega?

Entonces dejad de jugar.

Que del cielo caiga una lluvia.

Que la lluvia riegue los campos.

Que ya nadie os arrebate lo que en otros tiempos fue vuestro.

Que florezcan nuevas esperanzas.

Allá donde el exterior es oscuro, pero los corazones son puros.

Cojámonos de las manos.

Sin importar raza o color.

Andemos juntos hacia un mundo mejor.

sábado, 10 de abril de 2010

Martillazos en el silencio.

Y aquellos martillazos en medio del silencio fueron los que la delataron. Y aquellos silencios a martillazos, haciendo fuerza para no pensar, para no hacer, fueron los que les unieron para siempre, con dos miradas se lo dijeron todo, tantas palabras contenidas en sus ojos, sin tan siquiera rozar sus labios. Y a pesar de todo ella seguía deseando que él no oyese los martillazos de su corazón.

Martillazos al corazón

Él apoyó su cabeza sobre el pecho de ella.
- Joder, estás acelerada.- le dijo
- No escuches. No es nada. - le contestó ella.

jueves, 21 de enero de 2010

La joven del lago

Sus manos eran muy blancas, más blancas que la nieve, casi traslúcidas. Sus ojos eran grises como el carbón. Sus labios llevaban el beso de aquella dama a la que esperaba cada noche.

Un día la dama dejó de aparecer en los jardines de aquel palacio en el cual él vivía. Entonces bajó al pueblo a buscarla. La gente se extrañó, ver al hijo de un noble en el pequeño pueblo, preguntando sin parar por todos los comercios, por todas las casas que veía abiertas, a todas las personas, por una mujer de cabello rojo fuego y ojos azules casi blancos les parecía algo muy fuera de lo común. Pensaron que él estaba loco, no existía ninguna mujer así en todo el pueblo, pero él insistía en que sí, y siguió buscándola. Al final se adentró en el bosque, y andando andando encontró una pequeña cabaña. El joven entró.

Al entrar sucedió algo muy raro, la cabaña que nada más entrar era humilde y oscura se convirtió en un luminoso palacio con un lago en el centro, el lago emanaba una extraña y atrayente luz, por lo cual él se acercó. Y cual sería su sorpresa, al asomarse al pequeño lago encontró a la dama ahogada en el fondo. Seguía igual de hermosa, pálida, con los labios rosados, los ojos cerrados y el largo pelo rojo ondeando en el agua. Casi parecía que estuviese dormida. El joven se echó a llorar y se adentró en el lago para sacar su cuerpo y, al menos, darle un entierro digno. Pero la muchacha, al extraer el cuerpo del agua, abrió los ojos con furia y le gritó, le había despertado del sueño en el que estaba.

Aquel susto sirvió para que el joven huyese corriendo, ¿cómo podía ser que una mujer durmiese sumergida en el agua? Al día siguiente obtuvo su respuesta. Apareció otra vez la dama en los jardines y le contó su verdadera historia. Sus padres la obligaron a casarse con un hombre que sólo quería su dinero, dado que ella era hija de nobles. El hombre hizo construir una cabaña con un pozo dentro, y un día, mientras la joven dormía, tomó su cuerpo en brazos y lo lanzó al pozo lleno de agua, ahogandola y matándola en el acto. Pero el pozo sorbió al hombre, mandándolo a una extraña dimensión. Nada más fue sorbido, la cabaña se transformó en un palacio y el pozo en un lago, pero sólo lo podían ver aquellos que de verdad tenían corazón puro. La muchacha salía algunas noches del lago en el que descansaba su cuerpo, convertida en espíritu para recorrer el mundo, dado que era muy joven cuando murió y así había conocido al joven noble y se había enamorado de él. Pero ella no podía amar, ni podía ser amada, porque no estaba viva, por eso decidió desaparecer de su lado, para que él no sufriese más.

El joven, tras saber de la historia de la dama, quedó destrozado. Su amada estaba muerta, en el fondo de un lago y no podía amarla. La muchacha le dijo que si la amaba buscase una vida nueva, amase a otra mujer como la había amado a ella y cuando llegase su hora él volvería junto a ella, y ya podría amarla. Pero el joven no pudo soportarlo, aquella noche volvió a la cabaña y se lanzó al lago, y entonces por fin pudo amarla por siempre.

viernes, 1 de enero de 2010

Ángel.

"No sientas más dolor", le dijo el ángel a la doncella, "yo te cuidaré". Mientras susurraba estas palabras le limpiaba la lágrima que le caía a la damita por la mejilla, y sus ojos azules, casi tan transparentes como el agua del más limpio lago, expresaban la gran tristeza que sentía. "Déjame que te bese los labios", decía ella mientras alargaba su mano hacia la mejilla del ángel. "No quiero hacerte más daño, soy un ángel, no puedo ofrecerte lo mismo que un humano". "Besame y acaba con mi dolor".
Y mientras la besaba todas las heridas del corazón de la dama se sanaron, y su piel se volvió más blanca, y crecieron un par de alas de luz en su espalda, que les envolvieron a los dos en un profundo amor...
Y entonces la damita despertó de su sueño y miró con pena por la ventana. Necesitaba a su ángel.