lunes, 24 de octubre de 2011
Lluna
lluna de plata,
mulla els seus ulls
plens de vida.
Llum del Sol,
Sol daurat,
mor a l'horitzó,
que el dia ja s'ha acabat.
Lluna estimada,
Lluna perfecta,
que ens il·lumina el cor
cada nit per la finestra.
Lluna,
que al mati te'n vas,
si us plau
fes-te eterna,
no te'n vagis mai.
Fes les nits eternes,
fes els dies curts,
els abraços càlids
amb el teu raig de llum.
Llum de Lluna eterna,
llum de Lluna suau,
llum de Lluna tendra,
no t'amaguis,
si us plau.
lunes, 23 de mayo de 2011
Danza de luz
sábado, 14 de mayo de 2011
Pidamos lo imposible.
Nos empeñamos en decir que la magia no existe, que es imposible. ¿Acaso no es mágico ver una planta crecer poco a poco en sentido contrario a la gravedad? ¿Acaso no es magia poder despertarte una mañana y ver la sonrisa de la persona a la que amas? ¿Acaso no es mágico que una persona pueda hacerte sonreír cuando estás al borde de las lágrimas, e incluso ya sumido en ellas, con sólo una palabra? Nos empeñamos en que las cosas son imposibles. ¿Acaso no era imposible la existencia de un aparato que nos permitiese volar? ¿Acaso no parecía imposible que un trozo de pesado acero flotase? No existe nada imposible. Somos los humanos los que nos empeñamos en volver las cosas imposibles e inexistentes. Mediante mentiras, mediante frustraciones, mediante tristeza, mediante guerras, mediante el consumismo, mediante cortar alas, mediante los excesos de poder. La humanidad vuelve imposible la vida. La humanidad torna imposible la magia. Es el hombre quien torna imposible el amor o la amistad, y también es el mismo hombre quien no se atreve a intentar hacerla posible. Porque es más fácil pensar que lo difícil es imposible. Porque es más fácil no luchar. Pero la realidad es que lo más hermoso, lo más maravilloso del mundo, es pedir lo imposible.
miércoles, 11 de mayo de 2011
Sin título
miércoles, 4 de mayo de 2011
El hada
Un día, la jaula fue golpeada por un enorme pie. El hada, asustada, levantó la cabeza hacia arriba y vio a un joven humano, que acto seguido tomó la jaula y la abrió.
- No sé que hacías ahí, pero vivirás mejor en libertad pequeña mía. - Fue lo que el joven dijo.
El hada se mostró muy agradecida, pero el joven se iba corriendo y no la estaba dejando agradecérselo como era debido. Entonces ella le siguió y llegó a una cabaña en el centro del bosque. El joven había cerrado la puerta, por lo que ella no pudo entrar, pero sí pudo asomarse a su ventana y ver al joven realizando un bonito dibujo. El hada quedó prendada de su forma de dibujar y fue regresando todos los días a verle. Fue olvidando al duende y el daño que le había hecho, pues en ella ahora sólo habían ganas de ver dibujar al joven. Y eso fue lo que hizo, hasta que un día el joven se dio cuenta.
- No puedes pasar tu vida pegada a mí ventana. Debes de ver mundo. Márchate pequeña, y sé verdaderamente libre.
El hada, al escuchar estas palabras se marchó muy rápido sobrevolando el hermoso bosque mientras lloraba lágrimas. Las lágrimas que caían de sus ojos eran negras y fueron tiñendo el bosque de negro. El hada voló y voló mientras lloraba y tenía el bosque con aquellas oscuras lágrimas hasta que su cuerpo perdió la capacidad de generar más agua. Entonces fue ella misma la que comenzó a fundirse, cayendo gotas negras de todo su cuerpo, que terminaron de teñir el bosque hasta que ella desapareció. Sus ropas cayeron al suelo, junto a su corazón, y de ello nació un gran árbol, el más grande habido nunca en aquel bosque. Un árbol negro y hermoso que cada año, el mismo día y a la misma hora lloraba lágrimas negras. Un árbol que nunca más se pudo volver a teñir de color.
martes, 3 de mayo de 2011
Eso es
viernes, 29 de abril de 2011
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Cállame
miércoles, 13 de abril de 2011
La ciudad bajo el hielo
Se inundan. Se inundan las calles de la ciudad más hermosa del mundo, quedan sepultadas bajo el agua, cada vez se ven menos, cada vez se sumen más y más en la más remota oscuridad. Y yo, amor mío, yo observo como mueren, como caen, como son sepultadas por ese peso líquido, por esa agua cruel y amarga, por esos ríos que no saben ver que existe vida en la ciudad. La ciudad muere bajo el agua, que poco a poco se convierte en hielo, congelándola sin saber que tenía vida, que había felicidad, belleza, esperanza. Todo queda ahora congelado por el hielo que destruye, que quema, que mata poco a poco, disfrutando como se disfruta del dolor de arrancar un pellejo, disfrutando con un ligero orgasmo de muerte, quitando cada resquicio de vida de la ciudad hasta paralizarla. Y yo, amor mío, yo miro como goza, como muere de placer mientras la ciudad queda sepultada, paralizada, y llora levemente, convirtiendo el hielo en escarcha, intentando salir, mientras el hielo vuelve a congelar sus lágrimas, vuelve a esconderla, a sepultarla, a hacerla desaparecer, a convertirla en nada. Amor mío, si vieses el hielo que la cubre llorarías. Amor mío, si vieses la nada en la que se sume sufrirías. Amor mío, la ciudad se muere bajo el hielo, sálvala amor. Sálvala.