miércoles, 23 de septiembre de 2009

Tu olor (relato breve)

De repente tu olor se apareció en mi nariz. Me hizo recordarte, y llorar, te echaba de menos. Miraba la lluvia y leía de nuevo todos esos textos que tú nunca leerías aunque fuesen dirigidos a ti, y entonces, así porque sí recordé tu olor. Fue bastante jodido, dado que me había jurado que no volverías a aparecer en mi cabeza más que para lo mínimo, aunque nunca lo cumplía, dado que al final siempre terminabas paseándote por ella. Me levanté del suelo y salí a la calle, llovía a cantaros. Dejé que la lluvia me empapase y compuse en mi mente otro de esos textos que nunca leerías. Cuando la lluvia me hubo empapado entera me metí de nuevo en casa, puse el reproductor de CD's en el baño y esuché esa canción de Sabina que me recuerda tanto a ti mientras me metía en la bañera con un bloc y un lápiz para escribir lo que había compuesto para ti, aunque no lo leyeses.Al cabo de un rato salí, guardé aquel texto que jamás verías y te llamé, te echaba demasiado de menos. Tu teléfono comunicaba, te dejé un mensaje en el contestador y esperé toda la semana tu llamada. Te echaba tanto de menos que no recordaba que jamás te volvería a ver...

lunes, 21 de septiembre de 2009

Jodidamente especial


Sonreía mientras lo miraba, flustrada. Siempre igual, siempre mirándolo a escondidas, pero nunca se lo decía, nunca le diría que le quería. Él se giró, se dió cuenta de que lo miraba.
-¿Qué pasa?- dijo con voz dulce.
-Que eres especial.- dijo ella, se encontraba en estado de shock, pero reaccionó nada más oirse a sí misma.
-¿Qué?- se extrañó él, ella no solía decir esas cosas de ese modo.
-No nada...- ella se sonrojó.
-En serio, ¿qué dices que soy?
Ella comenzó a reir, se abochornó por completo, no entendía por que había dicho eso de ese modo, tan inmediatamente. Él comenzó a hacerle cosquillas mientras le mordía el cuello, siempre lo hacía. Cayeron sobre el sofá, ella sobre él.
-So funking special...- murmuró ella.
-¿Qué?
-Es una canción de Radiohead.
-¿Y qué significa?
-No lo sé...sólo sé que tiene una parte que dice eso, eres jodidamente especial.- lo dijo mirándole a los ojos, con un brillo especial, nuevo, que destilaba amor por todos los costados.
-Me gusta...Creo que se la enseñaré a Catherina.
-¿Quién es?- dijo ella, con un mal presentimiento.
-Estamos a punto de salir juntos.- dijo él con mucha ilusión.
A partir de aquello la tarde pasó normal aparentemente, pero para ella fue uno de los peores días que pasaba últimamente. Sabía que lo perdería...pero no imaginaba que iba a ser tan pronto. Cuando salió de la casa y llegó al piso donde ella vivía subió primero a la azotea y le murmuró al cielo las palabras "tan jodidamente especial...". Aspiró el viento, que llegaba con el aire contaminado por el humo lleno de dióxidos provinente de la ciudad. No olía tan mal, al fin y al cabo. Se sentó sobre el muro, con las piernas colgando a la nada y dejó ir una lágrima, que acabó en su boca. Sabía a sal. Pasó allí aproximadamente una hora. Posteriormente, mirando hacia abajo, haciendo por superar su vértigo, suspiró y pensó que por eso no se acabaría el mundo. Se recogió sobre el muro y bajó para después bajar las escaleras e ir a cenar. El subir a la azotea la ayudaba a pensar. Y en aquel momento le había servido para saber que aunque él no la quisiese, se sentía feliz. Él era feliz, además, aunque no fuese correspondida no se acababa el mundo.

Improvisación del tuenti

Con la dulzura de unos besos que nunca me diste,
con el sabor de la sal en la mirada,
con el amor perdido entre malezas,
con el sabor de una grieta del corazón.
Con el sentir de tus labios en mis muñecas,
con el olor a cebolla y alquitrán,
con un vaso de vino tinto
y otro de agua helada,
con unos labios que no dejande sangrar.
Con mil flores perdidas en el aire,
una palabra gris sin destinación.
Unos ojos que lloran
a nadie,
unos labios que rozan
un corazón.
Una mirada que siente
tus andares,
un corazón cobarde,
ensombrecido.
Una palabra gastada,
un suspiro envenenado,
un pájaro sin dirección...

El metro (relato breve)


Corrían bajando las escaleras, después de un cansado día de turismo aquello resultaba una tremenda tortura, pero si no lo hacían así perderían el metro. Oyeron el pitido que daba el aviso de que estaba a punto de pasar, si no corrían más lo perderían. Entonces él la cogió de la mano para no perderla y tiró de ella. Acto seguido echaron a correr entre la aglomeración de gente. Ella estaba levemente sonrojada, aquel tirón la había tomado por sorpresa, se sentía feliz, quien los estuviese mirando pensaría que eran novios, y aquello tan tonto la ponía extremadamente alegre. Cuando llegaron al andén, mientras él pulsaba el botón que abría la puerta, ella dedicó un segundo a observar su nuca y otro más a preguntarse cuando habría aprendido a quererle de ese modo, acto seguido, él la interrumpió de sus pensamientos al tirar de su mano para entrar al metro. En su interior, bajo el asombro de la otra gente, se empezaron a reír, lo habían conseguido, no habían perdido el metro. Acto seguido se fundieron en un abrazo, el abrazo de los vencedores, habían vencido al tiempo. Ella se dejó llevar por el abrazo, se sentía en el cielo cuando él la abrazaba. Y así, en medio de aquel abrazo, los sorprendió la sacudida del metro, que casi los lanzó al suelo.
-Mejor sería que nos sentásemos...- le dijo él.
Se sentaron en dos asientos juntos y ella, cansada del recorrido, se apoyó en su hombro y se durmió. Él, ingnorante del amor que ella sentía por él, la contempló dormir, su pausada respiración, su semblante relajado, y deseó que aquella chica encontrase por fin a aquel a quien amar y por quien ser amada. Acarició su pelo y le besó la frente. Ella, por su parte, soñaba que él la besaba, sumida en un dulce sueño en el sitio más dulce que ella podía concevir, los brazos de él.

jueves, 17 de septiembre de 2009

creep, me encanta *-*





Tan jodidamente especial...
No me pregunteis que tiene esta canción, me la enseñó una amiga, y desde que la oí me pareció preciosa...Simplemente, hace que me salten las lágrimas...Tan jodidamente especial...
Ahora mismo estoy oyendo la versión de Korn, resulta también bastante emotiva...




So fuking special...

Sigo necesitando escribir

Y otra vez, vuelvo a necesitar escribir. Sé que me repito demasiado, que debería tratar otras temáticas que no fuesen el amor, o más bien, el amor que siento yo por otra persona, pero no puedo desahogarme de otro modo. ¿Alguien se ha preguntado alguna vez que es el amor? Yo no lo tengo claro aún. Sé que es algo que suele aparecer para molestar, para joder, para hacerte feliz por un minuto e infeliz por una hora. Pero no sé explicar como es, lo que es. Sé que es lo que siento cuando deseo verte sin parar, cuando deseo tus labios, cuando deseo llorar de amor y no lo hago porque sé que si me vieses te sentirías mal, cuando me sumo en la oscuridad yo sola...
Tu latido por la acera puedo oír, lo disfruto, disfruto de su sonido, adoro escucharlo, me apacigua, me hace dormir bien. Puedo oír tu respiración, y mis pasos van al ritmo de tus suspiros, mi mundo gira al ritmo de tu latido, mis ojos lloran por dentro para que los tuyos no los vean llorar por fuera. Últimamente te necesito demasiado...

martes, 15 de septiembre de 2009

Acaso has oido...

¿Has escuchado alguna vez el sonido de cuando se rompe un corazón? Suena como el mar cuando rompe sus olas contra un acantilado, formando erosiones y agujereando toda esa piedra que le obstruye su libertad. ¿Has oido alguna vez el sonido de la formación de una lágrima por amor? Suena como la llegada del agua del río al mar, agua desterrada por el río, ya no la quiere, ya no la necesita, la destierra al mar, y el mar la acoje, y la oye llorar en silencio. Llora porque una vez creyó que estaría junto a él toda la vida, y sin darse cuenta ha caído en el olvido, ha llegado al mar, y el mar la acoje dulcemente entre sus brazos de sal y la oye llorar.
¿Acaso has conseguido oír un lamento por amor? Suena como un trueno, un trueno que grita, se siente impotente, lo obligan a caer a la tierra, a hacer daño, y por eso grita, él no quiere dañar, pero le obligan. Así se siente el amor, obligado a hacer daño sin querer, obligado a hacer todo lo contrario para lo que fue inventado, pues él fue inventado para hacer feliz a la gente.
Nadie oye los lamentos por amor, ni las formaciones de lágrimas por amor, ni las roturas del corazón. Hasta que las siente.

De nuevo, necesito escribir.

Volví a necesitar escribir y esta vez no encontraba palabras para expresar como me sentía. Sabía que jamás tendría tus ojos, que nunca sentirías lo que yo...Pero no imaginaba que sería tan deprisa. Así, de repente, no puedo describirlo. Me duele algo, y no sé que es. No me apetece fingir que estoy bien, no me sirve de nada. No te puedo pedir consuelo, puesto que mi mal eres tú. Me siento el ser más impotente del mundo. Sin poder pedir consuelo, sin poder tener a quien quiero, es tan extraño esto que siento...
Necesitaba escribir sobre nudos en la garganta, sobre amores fallidos, sobre dolores de estómago y corazón, sobre el no poder articular palabra, sobre mi odio al amor. Odio al amor, siempre me putea. Odio sentirlo por ti, sé que si te enteras te sentirás mal. Me suelo sentir mierda por no poder darte lo que quieres. Perdóname por quererte.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Tu sonrisa

Tu sonrisa,
luna menguante de día,
luna nueva de noche.
¿A cuánto cobras el viaje
a la luna de tu boca?
Yo te pago el doble,
pero déjame ir.
Invitame a drogarme
con tu amarga saliva,
deja que la sorba lentamente,
despacio, sin prisas.
Sácame a bailar
al ritmo de tu risa,
bailame un tango,
róbame la razón.
Visítame en sueños,
deja que roce tus labios de hollín,
quizás muera envenenada,
¿qué más me da?
Vivir al ritmo de tu risa
es complicado
pero placentero,
no dejes nunca de reir.
Ignórame a diario,
como siempre haces,
pero no dejes de reir,
no me dejes morir.

Soledad

Soledad, con sus ojos empañados en lágrimas, con la mirada perdida, contemplaba como se echaba a perder su vida. Solía sentarse en un parque, con sus 42 primaveras, a mirar a los niños jugar, y solía ver en ellos a aquella niña que nunca más sería, a aquellos hijos que ya nunca tendría.
Soledad deseaba volver a ser una niña, o al menos, ponerse a jugar con aquellos niños, tirarse por los toboganes y hacer castillos de arena. Pero el tiempo había pasado, los granos de arena se habían acomulado en el castillo de su niñez, hasta pasar a la adolescencia, y luego a la adultez, posteriormente a la madurez, y nunca, en ninguna etapa de aquellas, se había parado a pensar que era lo que realmente deseaba.
Con sus 42 primaveras, lo único que deseaba era ser una loca, llorar cuando todos reían y reir cuando todos lloraban. Deseaba salir a la calle con zapatos de plataforma y gritar "aquí estoy yo, dispuesta a todo. Muerete mundo." Pero nunca lo hacía. Muerete mundo, decía para sí misma, mientras bajaba al parque y contemplaba niños comer arena, deseando haber comido alguna vez arena. Muerete mundo, pensaba desgarrando sus pensamientos. Muerete mundo, y arañaba la vida con sus uñas de porcelana. Muerete mundo.
Pero el mundo nunca moría, y Soledad seguía pendiente del que diran, de las insinuaciones de la gente, y jamás hacía lo que quería.

¿Cómo pretendes que te diga te quiero?

¿Y cómo pretendes que te diga que te quiero? Si en tus ojos puedo ver los ojos que siempre buscaba, si me encuentro en una encrucijada, intentando no pensar en ti y pensando más de lo que quiero. ¿Cómo pretendes que te odie? Si cada día que pasa es más largo sin ti, si cada momento que tengo lo uso para pensar en ti. ¿Cómo pretendes que no llore? Si llorar es lo único que me mantiene viva. Pídeme que te odie cuando sepas que te quiero. Mejor no lo sepas nunca, mejor deja que vierta mi sangre sobre la acera, mejor no te pares a mirar, mejor no bajes la mirada y no mires nunca hacia abajo, no mires al suelo donde me encuentro yo, rodeada por mi sangre y por mi amor. Sigo viva, pero no me mires, si me miras, si te preocupas, me matas. No me mires, no pienses en mi, no te preocupes.No llores si muero. Odiame. Yo te quiero por los dos. Yo lloro por los dos, tú no llores. Rie, rie cuando mi alma se encuentre triste, así la haces renacer. Juega en un mundo que te construí por hacer algo, por saber que estás seguro, que estás bien. No huyas de mí, yo huiré de ti. Corre en dirección norte mientras yo corró hacia el sud. Separa mi vida de la tuya y luego pégalas con el peor pegamento que encuentres. Observas como se separan mientras yo me rompo escondida de ti. Y entonces...sólo entonces déjame decirte que te quiero.