sábado, 10 de abril de 2010

Martillazos en el silencio.

Y aquellos martillazos en medio del silencio fueron los que la delataron. Y aquellos silencios a martillazos, haciendo fuerza para no pensar, para no hacer, fueron los que les unieron para siempre, con dos miradas se lo dijeron todo, tantas palabras contenidas en sus ojos, sin tan siquiera rozar sus labios. Y a pesar de todo ella seguía deseando que él no oyese los martillazos de su corazón.

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