lunes, 28 de junio de 2010

Marina y sus ilusiones

Marina se pintó los labios de rojo sangre, posteriormente se aplicó coloretes oscuros para realzar sus pálidos pómulos y pinto sus ojos de un tono oscuro, entre negro y azul, decorando uno de sus ojos con una espiral al lado. Mientras maquillaba su pálida piel también maquillaba sus sentimientos. No quería dar pena, no quería mostrar al mundo que sufría, que solamente era una loca poeta ilusa que tejía sueños y poesías que jamás eran escritas en su mente, mientras lloraba por los metros y los trenes, mientras perdía su mirada porque ya no le quedaban lágrimas o porque no siempre se necesita llorar para sufrir por dentro.
Marina maquillaba su carácter para no mostrar sus sentimientos. Si lloraba en la soledad nadie la veía llorar. Si sufría por amor en secreto la persona a la que amaba jamás veía sus lágrimas ni su sufrimiento, sólo veía su frialdad. Marina perdía gente de ese modo, y los contemplaba irse y alejarse bajo su máscara de frialdad que tanto deseaba quitarse. Mientras miraba con frialdad a su amado, Marina imaginaba historias, recorría mentalmente su cuerpo e imaginaba sus besos. Marina sólo deseaba acercarse a su amado y murmurarle al oído todo lo que le echaba de menos. Pero también sabía que su amado la miraría y le diría que se fuese.

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